Debido al despegue de pedidos de comida por delivery por la pandemia, varios restaurantes están inaugurando espacios exclusivamente de cocina (sin atención al público), lo que se denomina ‘ dark Kitchens ‘.
Combate abrirá el doble de cocinas previstas, Cocinas Ocultas planea crecer de la mano de 70 marcas, y Wicuk abrirá tres nuevos dark kitchens para atender a terceros. Sector se proyecta a zonas fuera de Lima Moderna, ante la demanda de los restaurantes por hacer más eficientes sus operaciones y un canal de delivery repotenciado
Si bien la pandemia del COVID-19 impactó a los negocios gastronómicos a nivel mundial, las ‘dark kitchen’, tendencia que inició hace unos años en el Perú, encontró el impulso que esperaba. En un contexto en que las marcas buscan hacer más eficientes sus operaciones y el delivery se ha repotenciado, se ha elevado la demanda por estos espacios. Y los principales jugadores ya están respondiendo a ello.
Combate, la ‘dark kitchen’ que inició en el 2018 y actualmente cuenta con cuatro locales operativos (dos en Surquillo y dos en Pueblo Libre, con espacios para entre siete y doce marcas cada uno), ha duplicado sus expectativas de apertura de espacios para este año, indica a Día1 Michel Seiner, gerente general de la empresa.
“Esperaba hacer dos cocinas más este año, y ahora veo la posibilidad de hacer cuatro más”, nos señala. “Antes nuestro equipo de venta era una persona que iba a conversar, y ahora son tres personas y no se dan abasto para contestar a la gente que nos busca”, agrega.
La coyuntura, asimismo, ha apresurado los planes que tenía Seinauer & Cia., compañía de la que Seiner es también gerente, para el lanzamiento de sus marcas propias desde el formato de ‘dark kitchen’, del 2021 para agosto de este año. Las tres marcas corresponden al concepto de comida asiática-callejera y al saludable; e incluye también el retorno de Huevón, que se gestó previamente en Mercado 28.
De otro lado, Diego Echecopar, gerente general de Cocinas Ocultas, indica que sus construcciones se retrasaron por el estado de emergencia, por lo que aún no tiene cocinas operativas; sin embargo, se mantiene firme sobre sus proyecciones.
“Los planes que queremos tener en Lima permanecen o hasta van a aumentar. La meta de 250 cocinas activas en Lima la completaremos a mediados del próximo año […]. Este año inauguraremos unas 70, empezando en Barranco y Surquillo; y muy pronto también en Magdalena y Lince. También estamos buscando en otros distritos como La Molina, Surco y San Borja”, nos informa Echecopar.
Por el momento, indica, han firmado contrato de alquiler con 35 clientes para las 70 cocinas que se tendrán disponibles este año.
Por su lado, Wicuk, que ingresó al mercado a de las ‘dark kitchen’ hace seis años para operar sus cinco marcas propias (La Pastana, Pizukie, Shake it, Wafelpop y Pastelo), se alista para ofrecer estos formatos para terceros. Actualmente cuenta con cuatro locales operativos en Surco, Jesús María, La Molina y Los Olivos, y abrirá otros tres más este año, informó Diego Romero, gerente general de Wicuk.
Asimismo, comentó que algunas de las marcas propias de Wicuk han duplicado sus ventas durante la cuarentena y algunas se han mantenido, pero ninguna las redujo. Ante la mayor demanda por delivery, además, están por lanzar cinco marcas más; entre ellas, una de tablas y vinos, otra enfocada en bebidas alcohólicas preparadas, otra de papas fritas con toppings, otra de pastas criollas y una de cocina molecular.
Otro jugador del mercado es Rappi, que cuenta con dos dark kitchens operando en Lima desde el año pasado (una en Surco y la otra en La Molina, que está abriendo esta semana). En este último caso, algunas de las ocho marcas socias que ingresan a esta sede son la pastelería San Antonio, Mad Burger, la Fina Endorfina, 500 Grados, entre otras.
Este formato, que funciona solo con los socios de la app, ya tiene 400 cocinas ocultas en América Latina, por lo que las expectativas de su expansión son altas.
Fuente: El Comercio
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