El 60% de consumidores planea reducir el gasto en restaurantes, en favor de la alimentación en el hogar, incluso después de que se levanten las restricciones asociadas a la pandemia del COVID-19, señaló el Boston Consulting Group (BCG).
La pandemia por coronavirus ha causado una transformación en el estilo de vida de los consumidores, pues por la emergencia sanitaria, sus prioridades se dirigieron hacia los sectores de salud y alimentación, olvidando la moda, el entretenimiento, el turismo y otras industrias fuertemente golpeadas por la actual crisis económica.
Desde la fase 1 de reactivación económica, los restaurantes que operan en el Perú reabrieron sus puertas bajo la modalidad de delivery y recojo en tienda, pero pronto ya podrán atender a sus comensales en los locales. Esta realidad se repite en varios países del mundo y bajo este contexto es que la reciente investigación de Boston Consulting Group (BCG) señala que el 60% de consumidores planea reducir el gasto en restaurantes, y priorizar la alimentación en el hogar, incluso luego de que se levanten las restricciones asociadas a la pandemia del COVID-19.
El estudio también muestra que, a raíz de la crisis, las personas han gastado más de US$ 2.5 billones en alimentos a nivel global. Y después de la pandemia, se espera que estos hábitos alimenticios continúen hasta que los consumidores se sientan seguros de no contraer el virus, además de recuperar su estabilidad económica.
Para subirse a la ola de consumo, los retailers deben ser los primeros en distinguir las tendencias y para ayudarlos, la investigación define 7 de ellas:
Incremento de los canales de venta en línea. Para mejorar su presencia en línea, las tiendas deben contar con un sitio web o una aplicación de alta calidad, una logística confiable, una administración de inventario ajustada y un multicanal seguro.
Formatos fluidos. Se deben promover estrategias inteligentes como adaptar los puntos de venta más grandes a las necesidades de los clientes locales y adquirir formatos distintivos más pequeños.
Actitudes del consumidor hacia marcas y productos. Los retailers pueden ganar una participación en el mercado con el desarrollo de etiquetas diferenciadas en nutrición y salud, las nuevas preferencias de los consumidores.
El cambio de las promociones masivas a específicas. Para asegurarse del abastecimiento, los supermercados continuarán simplificando las categorías de productos y reduciendo su intensidad promocional.
Fortalecimiento de la cadena de suministro. Los supermercados deben fortalecer sus cadenas de suministro para resistir cualquier otra crisis global. Para ello, deberán reasignar sus redes de proveedores para asegurar los flujos de productos. También, deben impulsar el uso de inteligencia artificial.
Aumento de las actividades de fusiones y adquisiciones. Debido a sus sólidos balances, los supermercados tendrán la oportunidad de adquirir habilidades, nuevos formatos de tienda, capacidades en línea y grupos de clientes mediante la compra de activos infravalorados.
El papel del impacto social. Los supermercados deben continuar incorporando políticas de impacto social que involucren el envío de productos de primera necesidad a los consumidores de forma segura, la contribución a los bancos de alimentos a nivel local y global y la apuesta por la sostenibilidad en sus modelos operativos.
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