- En esta nota te contamos todo sobre el origen de este famoso día feriado en el que dos fechas conmemorativas se encuentran
Cada 29 de junio en el Perú, se conmemora el Día de San Pedro y San Pablo. Igualmente, se celebra el Día del Pescador, donde se reconoce la gran labor de este sector productivo. Ambas festividades tienen muchas cosas en común.
Como se recuerda, Pedro —el discípulo de Jesús de Nazaret y primer Padre de la Iglesia Católica— antes de ser seguidor de Cristo, fue pescador. Esta actividad marcó su vida, pues luego Jesús le encomienda ser “pescador de hombres” y luego la “roca” de la Iglesia. Por ello, se el considera el patrono de los pescadores.
Por su parte, Pablo de Tarso es el otro personaje que conforma esta celebración católica. En sus inicios fue perseguidor de cristianos cuando era conocido como Saulo, hasta que se convirtió al cristianismo y cambió de nombre. Este santo es reconocido como pastor de los gentiles.
¿Por qué se celebra a San Pedro y San Pablo el 29 de junio?
Es una de las mayores festividades religiosas para los cristianos. Tiene lugar el 29 de junio, y celebra la solemnidad conjunta de San Pedro y San Pablo en conmemoración al martirio en Roma de los apóstoles Simón Pedro y Pablo de Tarso. Ambos son considerados los apóstoles mártires más recordados de la historia cristiana.
¿Por qué se celebra el Día del Pescador el 29 de junio?
El 29 de junio es una fecha para recordar la ardua labor, compromiso y valentía de todos los hombres y mujeres que se dedican a la actividad pesquera en Perú. Este día se rinde culto a San Pedro, patrono de los pescadores en el país, en donde muchos fieles piden bendición y protección por sus salidas al mar.
¿En qué consiste la tradición de San Pedro, patrono de los pescadores?
Desde los años 50, la tradición consiste en pasear la imagen de San Pedro, patrono de los pescadores. Cientos de fieles acompañan en embarcaciones este recorrido mar adentro. Tienen lugar en los principales puertos del país, siendo Chimbote, Chorrillos y Pucusana los lugares que atraen a más fieles. Esta celebración inicia desde muy temprano y se puede apreciar cómo los botes han sido decorados para la ocasión. Se cierra con broche de oro con la degustación de los mejores cebiches y platos marinos.
Según describe en una nota el Archivo Histórico de El Comercio, “antiguamente la figura de San Pedro debía ser transportada por la bahía, muy temprano, en un bote de vela y que debía traer consigo peces vivos. El desembarco solía ser tan emocionante como su embarque en el viejo muelle. Y luego venía la procesión al mediodía, con la efigie sagrada de San Pedro cargada sobre los hombros de los pescadores vecinos, entre la rada del puerto y algunas calles adornadas para la ocasión”.
Fuente: El Comercio
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