- Red de Caminos Inca fue reconocida por la Unesco, en 2014, como Patrimonio de la Humanidad
Considerada una de las mejores rutas de excursionismo en el mundo, el Qhapaq Ñan o gran Red de Caminos Inca destaca especialmente por aquellos tramos que conducen a la ciudadela inca de Machu Picchu, que atrae a más de 25,000 turistas principalmente extranjeros, quienes quedan maravillados con los impresionantes paisajes naturales, sitios arqueológicos, biodiversidad y cultura ancestral que se puede apreciar en el trayecto.
Si bien la ruta más conocida del Qhapaq Ñan es aquella que tiene una extensión aproximada de 42 kilómetros, que va desde Piscacucho hasta la ciudadela inca de Machu Picchu, existen muchos otros senderos de la gran Red de Caminos Inca, que en su totalidad cubre una extensión de más de 3,500 kilómetros, que todavía falta promover para el excursionismo dado que permiten apreciar lugares de extraordinaria belleza, muchos de ellos únicos en el mundo.
Al respecto, la prestigiosa publicación National Geographic destaca la trascendencia del Qhapaq Ñan, declarado por la Unesco en 2014 como Patrimonio de la Humanidad, como recurso turístico y testimonio palpable de la grandiosa ingeniería inca, capaz de construir esta gigantesca red de vías que unieron todo el territorio de su imperio llamado Tahuantinsuyo, el cual superó la actual superficie terrestre del Perú llegando a los territorios actuales de Colombia por el norte y Argentina por el sur.
En el artículo titulado “Explora la vida inca más allá de Machu Picchu a través de esta ruta sudamericana”, escrito por el periodista Mark Johanson, se resalta que “la extraordinaria hazaña de la ingeniería preindustrial” que significó el diseño y la construcción del Qhapaq Ñan permitió a los incas comunicarse, intercambiar bienes y consolidar el poder durante el apogeo del imperio a finales del siglo XV.
Más allá de Machu Picchu
Destaca que actualmente hay un impulso dentro de Perú, que posee la mayor parte de la ruta, para preservar, restaurar y agregar valor al desarrollo rural y diversificar el turismo lejos de Machu Picchu, ícono peruano y maravilla mundial que resulta saturado de visitas, por lo que las autoridades establecieron un sistema de ingresos programados para controlar a los más de 4,000 visitantes diarios.
“Exploradores, arqueólogos y antropólogos han viajado por Qhapaq Ñan en los últimos años para identificar tramos de caminos de piedra contiguos, en busca de comunidades óptimas para el desarrollo, así como vestigios arqueológicos que necesitan conservación. Los mismos sugieren rutas turísticas a lo largo del corredor principal de la extensa red, conocido como el Gran Camino Inca, que va desde Cuenca (Ecuador) en el norte, hasta Cusco (Perú) en el sur. El plan es ayudar a salvar una carretera antigua como ésta dándole visibilidad”, subraya Johanson.
Remarca que los esfuerzos alrededor de Qhapaq Ñan podrían proporcionar una alternativa viable a las caminatas centradas en Machu Picchu, así como extender el alcance de la economía turística, y el potencial de desarrollo sostenible a nuevas regiones.
Obra maestra que consolidó un imperio
Johanson afirma que más que un simple camino, el Qhapaq Ñan era como una carta de navegación para administrar un imperio. “Los incas lo construyeron (en muchos casos, sobre caminos ya existentes) con una serie de estructuras de piedra separadas por unos nueve kilómetros. Llamados tambos, eran moteles, puestos de control militar y centros de abastecimiento, todo en uno”, refiere.
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