La propuesta de la aerolínea Air New Zealand podría aparecer en los vuelos de Nueva York a Auckland, uno de los más largos.
La rodilla clavada contra el asiento de adelante, y los puntazos que se sienten en la espalda, provenientes del pasajero que viene atrás. El poco espacio de los pies y el drama que significa levantarse e ir pidiendo permiso a los cinco pasajeros que separan tu asiento del pasillo para ir al baño por tercera vez en lo que va del vuelo. La hora parece no avanzar más y el botón para reclinar el asiento ya está gastado de tanto apretarlo. Los vuelos largos pueden volverse agotadores para muchos pasajeros, pero lentamente comienza a aparecer una opción que cambiará los viajes para siempre: las camas.
Poder viajar acostado en clase turista durante los vuelos de larga distancia es el proyecto en el que trabaja la aerolínea de bandera neozelandesa Air New Zealand desde hace tres años y cuyo diseño salió a la luz esta semana.
Está claro que en primera clase el espacio, la comodidad y el confort abundan, pero la gran apuesta de la marca se centra en ofrecer camas también para los pasajeros que no pueden costear los pasajes más caros. Para eso hubo un fuerte trabajo en diseño.
“Tenemos una enorme cantidad de trabajo en desarrollo para buscar innovaciones en productos que podamos ofrecer en todas las cabinas. Uno de los inconvenientes para los viajeros de clase económica en vuelos de larga distancia es que no pueden estirarse”, apuntó Mike Tod, director de mercadotecnia de Air New Zealand en un comunicado.
“Estamos seguros de que esta innovación cambiará las reglas del juego para la industria y traerá mejoras significativas a los vuelos de larga distancia. Esperamos que otras aerolíneas quieran explorar la concesión de licencias de Economy Skynest de la misma forma que lo han hecho con Economy Skycouch”, añadió el representante de la empresa.
La compañía aérea registró el miércoles la patente del diseño bautizado como “Economy Skynest”, que consiste en un módulo con tres camas a cada lado, cada una de ellas de hasta 2 metros de longitud por 58 centímetros de ancho, que incluye sábanas, mantas y almohadas, además de cortinas para dar privacidad.
EFE